El
sistema capitalista de producción vino a desarrollarse en forma
completa a lo largo de los dos últimos siglos, cuando la
desaparición de los sistemas absolutistas y feudales en Europa (y
América, en un proceso paralelo poco estudiado) supuso la emergencia
del “trabajador libre”, libre para ofrecer su fuerza de trabajo a
cambio de un salario, en vez de trabajar aherrojado por las
regulaciones precapitalistas. Este paralelismo entre revoluciones
sociales (la francesa, la norteamericana, incluso algo anterior, la
inglesa, en la que ya se estableció la primacía del Parlamento
sobre el Rey, hizo que el capitalismo, históricamente, supusiera un
avance importante en la situación de libertad de los trabajadores
devenidos “ciudadanos”.
El
caso americano es paradigmático de esa revolución y cualqueira que
conozca mínimamente Estados Unidos entiende como el sistema político
tiene preponderancia allí sobre el sistema económico, gracias a que
hay un sustrato de libertad del cual surgió la propia nación, que
reacciona con gran energía cuando algo o alguien intenta romper ese
juego de libertades basándose en algún tipo de ventaja económica.
La ley de la tierra está por encima de cualquier otra cosa. Por eso
un General que llegó a Presidente pudo advertir a su pueblo que “el
sistema industrial-militar es el mayor peligro para la democracia”
o el sistema atacado por Nixon en sus bases éticas pudo
desembarazarse de él. O mucho más recientemente, cuando un timador
de altos vuelos, Madoff, viola las normas de veracidad en las que se
basa el propio sistema financiero (pese a lo que puede parecer viendo
otros países y sistemas) termina en la cárcel, y allí sigue, a la
espera de la sustanciación de una estafa de no menos de 70.000
millones de US$, que está en la propia base del cenagal que estamos
atravesando, y en un montaje en el que están implicados los
financieros de medio mundo, bien como “perjudicados” o cómo
cómplices. Del desenlace de este pleito puede depender mucho de lo
que acontezca en el sistema capitalista mundial, de base
especulativa, en el que ha derivado el sistema capitalista de
producción clásico, que se basaba en la industrialización y la
modernización de las estructuras productivas.
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El capital es dios y el dinero su profeta. |
@andresholgado
Esa
preponderancia de la “política” sobre la econmía que cabe
observarse en cualquier sistema capitalista avanzado (y no digamos
en los de “capitalismo de Estado” como cabe definir a ciertos
países que NO están en la misma crisis que Occidente) no se observa
en países periféricos al sistema capitalista, como lo es España
por razones históricas que nos convierten en algo más próximo a
los totalitarismos fascistoides que a las democracias burguesas. Aquí
se da desde hace décadas una alianza de la gran burguesía
periferica con los poderes financieros basados en el nepotismo y el
privilegio, cuando no en los oligopolios bendecidos y los monopolios
encubiertos, que han hecho del Estado un apéndice de esos poderes.
La hegemonía en el sistema social español (dudosamente libre y/o
capitalista) pertenece a “los capitalistas” y no a los
representantes de la ciudadanía, que se han entregado siempre, desde
las dictaduras hasta hoy mismo, a los designios de esas elites que
se autogeneran y en las que tratan de integrarse esos “políticos”
que parten de la convicción de que “el pueblo” es algo
perfectamente maleable. Esa es la argamasa que permite esos trasvases
entre financieros y políticos, en las que siempre nos toca perder a
los mismos.
Madoff, un estafador, en la cárcel de Nueva York. En España, un político metido a financiero y que es responsable último de que una importantísima entidad pasara en dos años de tener beneficios a perder 22.000 millones de Euros, es fichado por el banco “más solvente” del sistema español... De verdad, ¿alguien cree que el sistema capitalista de Estados Unidos, Francia o Alemania, tiene algo que ver con el Sistema Español controlado por ciertos capitalistas? Yo no lo creo. Y desvelar estas contradicciones propias y exclusivas de nuestro país nos ayudará a entender porque eso que llaman “crisis” es algo tan particular en España.
Madoff, un estafador, en la cárcel de Nueva York. En España, un político metido a financiero y que es responsable último de que una importantísima entidad pasara en dos años de tener beneficios a perder 22.000 millones de Euros, es fichado por el banco “más solvente” del sistema español... De verdad, ¿alguien cree que el sistema capitalista de Estados Unidos, Francia o Alemania, tiene algo que ver con el Sistema Español controlado por ciertos capitalistas? Yo no lo creo. Y desvelar estas contradicciones propias y exclusivas de nuestro país nos ayudará a entender porque eso que llaman “crisis” es algo tan particular en España.