miércoles, 20 de noviembre de 2013

Piedras en las veredas (Remember, walking in the sand)


Acaso el atractivo de las redes sociales radique en alguna forma de narcisismo que tenemos en la genética humana, que nos lleva a inventar espejos y sistemas varios para realzar nuestras imágenes... De modo que siempre que estamos escribiendo (describiéndonos) en estos espacios públicos o en otros, de hecho siempre que nos manifestamos, lo hacemos sin duda desde lo más profundo de nuestras personas. Pensar siempre es personal mientras que hablar, siendo necesariamente social, no puede entenderse más que desde ese mismo espacio personal donde se construye el discurso. Y hay días que nos salen discursos mas personales que otros días, en los que algunos intentamos habñar de cosas, siempre abstractas, y no de problemas personales. Hoy no. Hoy me toca (otra vez) hablar de mí mismo.

Acueducto Misión Espada, San Antonio, Tx.
 Siempre me ha gustado andar por trochas y veredas, mucho más que por las amplias avenidas esas, por las que vamos amarraditos los dos, espumas y terciopelo... Hace unos meses, ya contaba yo una historia acerca de un camino poco transitado, cerca de la Misión Espada en San Antonio, por dónde pasa esta acequia y pasan cosas difícieles de creer (1).

 Siempre que hay una carretera la he preferido a las autovías, porque se conoce más un país yendo despacio que sobrevolándolo a gran velocidad. Siempre he dicho que volar no era viajar sino desplazarse, de modo que no es cosa que me asuste andar por esos caminos menos trillados. Eso me ha permitido ver paisajes y situaciones que acaso otros más veloces se han perdido. Piano, piano, se va lontano... ©Andrés Holgado Maestre

Pero últimamente estoy notando que mi senda, la trocha por la que discurre mi caminar, se está alejando más y más de las rutas que sigue el personal en su marcha por esta vida que compartimos.

Me doy cuenta de que estoy perdiendo el contacto con SU realidad, la que ellos perciben. Yo ni la veo, mientras veo, desde mis riscos, otros horizontes que amenazan tormentas no previstas... Pero no puedo hacer otra cosa que seguir andando por mi vereda, porque es lo que quiero hacer, mientras pueda caminar.
 
Lo mejor de esta sensación de estar perdiendo el contacto con la “vida real y cotidiana” de mis contemporáneos es que no me importa en absoluto y creo que voy a seguir por la trocha... Algún valle perdido encontraré otra vez.

©Andrés Holgado Maestre, Mérida y Noviembre de 2013.

(No suelo ilustrar estos textos con músicas, pero hoy me apetece. Hace mucho, mucho, que no piso una discoteca donde pongan estas cosas:)

The Shangri-la. Remember (Walking in the sand).

1 Me refiero al artículo dentro de este Blog, titulado “Piedras de molino”, que publique en febrero de 2011, contando cosas muy curiosas que pasan cerca de esos parajes poco transitados.