sábado, 20 de agosto de 2011

El triunfo de la muerte (Crónica de Una Noche de Verano)


El triunfo de la muerte
(Crónica de una noche de verano)
Es un título un tanto extraño el que he tenido que ponerle a estas reflexiones, pero me ha parecido que era el que daba un hilo conductor, aunque tenue, a esas cosas que pasan alrededor de estas noches de verano de calor difícil de soportar y que debe coadyuvar a que se le ocurran a la gente ideas raras... Comenzaré diciendo que ayer, estaba yo apunto de empezar un debate epistolar con unas amigas y paisanas, que hace cincuenta años hubieran estado “mirando detrás de los visillos” en ese “Pueblo blanco” de Serrat, pero que ahora triunfan por esos mundos, y con las que me carteo en estas nuevas formas de “postear” que dicen los modernos. El tema a debatir (aún en curso) es sobre unas tesis de Paul Virilio, un filósofo francés (¿sobre qué tema no hay algún filósofo francés opinando?) acerca del pánico y su influencia social similar a lo que antes suponían las guerras y las revoluciones. Yo lo tomo como la influencia del miedo en la determinación de los comportamientos de las gentes y la quinta esencia del miedo, tal como yo lo veo, es el miedo a la muerte, en la que se destruye y se descompone todo lo existente. En esas estamos de momento...

Y el jueves noche, en el Teatro Romano de Mérida se siguió con el “homenaje” que este año se ha tributado a Antígona, una de las hijas de Edipo que, como él y toda su familia, fueron destinados a un atroz destino. El montaje es formidable, con el texto sobrio y terrible de las palabras clásicas, con y una dirección formidable, que si no me equivoco la ejerce un Director mejicano, Mauricio García Lozano, que a mi me pareció que introduce elementos preciosos de una estética que solamente en México se da en el día de los Muertos que allí se celebran, con lo que a la esencia mediterránea de la tragedia y del entorno, se le unía de forma impecable ese barroquismo mejicano tan atractivo. Una gran suerte tener un Teatro y unos montajes de esta calidad en las ardientes orillas del Guadiana.

Antígona también dice NO al poder establecido y cuando la gente dice “No” el poder tiende a perder su sentido. El silencio sepulcral de un teatro a medio llenar mostraba a las claras la fuerza de esas palabras eternas, que no necesitan ser “modernizadas”, porque la esencia del alma humana y la naturaleza del poder y sus tendencias al exceso no han cambiado desde entonces. Una escenografía brillante y sobria a la vez (¿que falta le hacen a ese teatro los adornos excesivos y las maquinarias?) y un uso de los coros y de la música impresionante, con unos actores excelentes (la tonante voz de “la” Tiresias pudiera haber sido la del propio Zeus, completaron otra noche mágica en el verano de Mérida. Hasta pienso repetir la próxima semana, para apreciar mejor tantos detalles de calidad como se contienen en el montaje. “Yo soy amor y no odio” proclama Antígona, pero en cualquier caso perece, como todos los personajes... 

El final de la obra, con un ritual de cenizas esparciéndose interminablemente sobre tanta muerte como rodea a Creonte en medio de su arrepentimiento, es otra manifestación del culto a la muerte, que pareciera ser la triunfante en la tragedia de Sófocles, como lo fuera en la desgraciada estirpe de Edipo. La muerte triunfante.

Para redondear la escena, el viernes, en Madrid, en plena canícula también en la noche cálida del verano) el miedo a la muerte, subsumido en manifestación religiosa (como ocurre en otras religiones) se manifiesta en todo su esplendor litúrgico y artístico en un Via Crucis que exalta y glorifica, en primera instancia la propia muerte, elevándola después por virtud mistérica a una resurrección que es la que le da sentido a ese culto previo. Siempre quedará la esperanza, pero parece que sea la muerte la que triunfa. Como en Antígona.

¡Qué intensas y raras pueden ser las reflexiones de una noche de verano! Muerte triunfante por todas partes, pero que vivas están las palabras de todos los mencionados aquí, las de Virilio, las de Sófocles, las de la Biblia...

¿Triunfa la muerte o es el espíritu humano el que se impone? La muerte retrocede ante el espíritu humano. Es nuestro propio espíritu, nuestra imaginación, la que convierte un mero hecho biológico inexorable en un motivo de irracional terror. Es el espíritu inscrito en las terribles palabras de los personajes clásicos, lo que las hace parecer eternas y válidas mucho más allá del momento en que se escribieron. Es la palabra que se construye por la fe de esos creyentes la que convierte la muerte o el sacrificio en promesa de redención.


Sin ninguna duda, es el espíritu el que triunfa y pervive. La muerte es solamente un accidente. Pero una pesadilla posible en una noche de verano, sobre todo si Titania y Oberon andan a la gresca, como siempre, allá en las profundidades de Urano... pero eso corresponde a otro sueño de otra noche de verano...

(Ilustración: La peste en Tebas, Charles Jalabert.)

Andrés Holgado Maestre. Sociólogo
En Mérida (España) y agosto , 2011.
http://extremenian.blogspot.com

miércoles, 17 de agosto de 2011

Ordago de China a los jugadores de chica...


Jugadores de chica...

perdedores de mus. Así reza una de esas frases hechas que se utilizan en ese juego tan español, de azar y de envites, cuando un jugador tiende a buscar pequeños beneficios jugando en las primeras fases de la ronda, cuando suele haber poco en juego y los otros jugadores están pensando en los envites gruesos del final... No soy yo un experto en ese juego, donde creo que se usaban “amarracos” en vez de dinero, ya que el juego estuvo prohibido durante décadas y en cambio el mus nunca perdió la popularidad. Los jugadores supieron adaptarse a las circunstancias...
Ahora se está dando una situación en el mundo que a mi me ha traído a la memoria ese juego y sus distintos estilos. Las agencias de clasificación de riesgos (las tres hermanas norteamericanas de dudosa paternidad) llevan un par de años “jugando a la chica” y envidando contra Grecia, Irlanda, Portugal y nosotros mismos, consiguiendo pingües beneficios para sus dueños y clientes (alguno tiene los dos caracteres) y sobre todo echando un pulso a la débil unidad política de la UE, que no ha sabido reaccionar nunca a tiempo ante desmanes técnicos como son la calificación como “bono-basura” de bonos denominados en Euros, de países plenamente integrados y apoyados por el propio BCE. Las agencias han venido envidando contra la chica y los otros jugadores se han achicado.
De modo que, habiéndoles salido diversas manos a pedir de boca, consiguiendo doblar sus beneficios apostando contra esos países sin valor para responder con la fuerza que podrían darle sus bazas (regulaciones, tasas, creación de otras agencias, etc) han decidido en los últimos días envidar a la grande (primero contra España e Italia, e incluso Francia, con un modelo de juego similar y ya probado) y después contra el primero de la clase en cuanto a deuda soberana, que no es otro que Estados Unidos, que dejaría de ser AAA, especulando también con cierta debilidad política de un Presidente peculiar que tiene en contra a sus dos Cámaras. Todas las condiciones parecen dadas para que la estrategia de arrancarle a los estados el máximo de beneficios en sus emisiones, e incrementar así el valor de la única mercancía que venden esos sujetos, el dinero, diera su fruto y las emisiones sucesivas de deuda de los Estados Unidos subieran su prima de riesgo y se dificultara aun más la “recuperación” de la economía que algunos vaticinan.
Pero aquí ya cambian los jugadores de la partida y entran otros a los que no les gusta que les vengan con faroles, y que quieren en forma imperativa una estabilidad financiera que les es esencial para su política interna y su estrategia global. China, que es palabra mayor en la geopolítica, en la economía y en las finanzas mundiales. China, que siendo la principal acreedora de Estados Unidos, sencillamente no puede aceptar que unos mindundis puedan hacerle perder miles de millones si ellos tuvieran que negociar parte del paquete de deuda norteamericana que poseen. China que, curiosamente, siendo uno de los pocos países que aún se declaran pertenecientes al “socialismo real”, se convierte en el guardián de la ortodoxia del capitalismo industrial (en el que basan su estrategia de desarrollo) y que no quieren que sus plusvalías, obtenidas con la producción y el comercio, se las apropien sin más esos capitalistas improductivos y especuladores que conforman hoy el grueso de los grandes “inversores” occidentales, usando a esas agencias como arietes y como excusa.
China (y los mismos Estados Unidos y acaso Europa, que ahora acaso sepa reaccionar, haciendo valer ese Euro tan objetivamente fuerte, si fuera estable políticamente...) va a refundar el sistema financiero (eso que tanto prometieran Sarkozy y Obama) exigiendo la creación de agencias independientes e incluso que se prescinda del dólar como moneda de referencia mundial.
China no es “jugador de chica” y ha dicho, o está a punto de decir, un órdago que no podrá quedar sin respuesta por los otros jugadores, so pena de que se lleve, China, el santo y la limosna. Vamos a ver que cartas tiene cada uno en su mano, y quienes pueden seguir jugando (aunque sea con malas cartas) y a quienes hay que expulsar de la sala de juego, por hacer señas falsas, que es una trampa que no se tolera... Lo veremos en los próximos días, aunque siendo un tema de tan enormes proporciones, conllevará incluso la necesidad de alguna Conferencia mundial. Pero yo me atrevo a vaticinar que esas agencias tienen los días contados. Les llegó su San Martín.
Andrés Holgado Maestre. Sociólogo
En Mérida (España) y agosto, 2011.
http://extremenian.blogspot.com


martes, 9 de agosto de 2011

Piedras y Ladrillo. Diferencias.

 



Aprovechar las desventajas.
Acabo de regresar de un pequeño viaje que como siempre he procurado que sea de negocios y de placer a una pequeña capital europea llamada La Haya, en la que reside parte del sistema institucional holandés, e incluso internacional, como el Tribunal que lleva su nombre. Y siempre me gusta mirar el suelo por donde piso, por lo que a veces observo cosas que pueden resultar chocantes: La mayor parte de los pavimentos urbanos en Europa, de Madrid a Munich o Brno, pasando por Milán o París, están elaborados utilizando piedra, los famosos adoquines, generalmente de granito. En Portugal usan mucho unas piedras más blancas y medio areniscas (ya me perdonaran los especialistas) y en Estados Unidos se usan bastante más diversas soluciones de pavimentos tipo hormigones construidos in situ. En La Haya, en cambio, con un clima proclive a la lluvia casi permanente y a unos porcentajes de humedad ambiental cercanos al cien, en cambio, se utilizan ladrillos, engarzados de costado, que forman pavimentos preciosos, en prácticamente todas las zonas nobles de la ciudad. Con lo fácil que parecen disgregarse los ladrillos de la vieja arcilla en nuestra tierra, cuando el agua los ataca...
No quiero abrir este artículo a una defensa de las ventajas comparativas frente a las ventajas competitivas que tanta literatura han producido en las teorías económicas, desde Ricardo a Friedman, y que en nuestra propia Extremadura pudieran estar en pleno proceso de revisión. Doctores tiene la ley. Yo solamente miro el suelo por donde piso... y quiero hablar de como los pueblos tienen que aprovechar sus desventajas. (Las ventajas ya tienden a aprovecharse solas...) y por eso hablaré de los adoquines y los ladrillos:
Holanda, los Países Bajos propiamente, son algo más pequeños que Extremadura y tienen una población cercana a los 17 millones de habitantes, en un terreno pantanoso donde aprovechar cada hectárea ha supuesto un desafío contra la naturaleza desde que esas tierras se poblaran. La permanente tarea de construir diques y canales y dragarlos de manera casi permanente para contener y encauzar a las aguas, ha resultado en que su principal materia prima, en cantidad, sea... el barro. 
Hace años supe, para mi sorpresa, que una de las principales exportaciones de Holanda hacia Arabia Saudita era precisamente arena. Arena para hacer hormigón pues la arena del desierto no sirve para ese fin. Holanda ha conseguido convertir su desventaja, los lodazales, en una ventaja competitiva. Usando la experiencia y la ciencia, han convertido esas arcillas en unos ladrillos compactos y casi vítreos, con los que pavimentar sus calles a medida que iban liberando terreno de las aguas.
Construir calles a base de adoquines me parece una forma destructiva en la que una realidad natural salvaje, la piedra, se convierte en algo nuevo y más humano, el adoquín que ya los romanos usaron. En cambio, hacer las calles con ladrillo aparece como un proceso de reconstrucción a partir de un material informe, para hacer piezas llenas de sentido humano. Es una construcción pura a partir del caos originario que es el barro. Es similar al trabajo del “creador” del hombre que salió del barro. Es una diferencia notable que se da entre la gente holandesa y las de otras zonas del mundo.
Están más acostumbrados a sacar de la naturaleza aquello que necesiten para vivir y mucho más conscientes de que construir es mejor que destruir. Su riqueza proviene, en última instancia, de esa capacidad para convertir el barro en material de construcción y luego, convertir esos mismos ladrillos en “geist”, en el espíritu que se muestra en su enorme producción filosófica y cultural, desde Erasmo o Rembrandt a tantos otros pilares de la cultura universal.
Nuestro más universal gobernante, Carlos I, alli nació y aquí vino a morir, y eso nos da una relación que aunque hoy pueda parecer tenue, es imperecedera. Tendríamos que desarrollar aún más esa capacidad creativa que los holandeses, y nosotros, tenemos.
Por ejemplo, aquí también se sabe trabajar el barro, sin duda, pero algo de ese valor intrínseco que la piedra tiene se nos pierde cuando la usamos para hacer pavimentos... Y muchos otros fragmentos grandes de granito, que hoy están desperdigados en las escombreras, que pudieran tener un mejor uso y un mayor valor espiritual, usándolos, con un trabajo de selección y elaboración mínima, como monolitos rotundos y trágicos que pudieran marcar los lugares de las horribles tragedias por las que hemos pasado aquí y que aún no están bien superadas.
Un sencillo monolito con una placa podría ser un recuerdo que mitigara tanto olvido injusto.
Andrés Holgado Maestre. Sociólogo
En Mérida (España) y julio, 2011.
http://extremenian.blogspot.com