miércoles, 30 de abril de 2014

Algo más que un cruce de palabras...

Lo ocurrido ayer en el Congreso entre las dos Sorayas (¿Vendrán pronto las Farah Diba?) es mucho más relevante de lo que pueda parecer, pues denota el grado de encanallamiento en el que nos tienen metidos nuestros representantes políticos. Una acusa sin pruebas ya que, al parecer, el que haya pruebas o no es igualmente irrelevante ante unos tribunales que tienen tendencias dispares en cuanto a su validez y consecuencias, de modo que parece que todo valiera en ese "enfrentamiento" tan particular que se traen PP y PSOE en el que ninguno se atreve a tirar de la manta.  Esa manta de corrupción que de desaparecer, dejaría a este sistema desnudo.

La otra afirma, acaso cargada de razón porque incluso es demasiado joven para estar "pringada" en tantos asuntos, que ella, en su p. vida ha cobrado sobres. Y usa esa fórmula enfática  (popular en cierta medida) como para demostrar gritando tanto que la razón la asiste.
Todo esto me ha traído a la memoria algunas cosas... Hace ya tiempo que participé en un concurso de televisión (lamentablemente ya no está en los podcast de Canal Extremadura, para que se viera que no miento) donde no se me daba mal, excepto en una prueba final (en la que Berta Collado se acercaba a mí con efectos demoledores en mi concentración) que consistía en hallar palabras en un recuadro infernal. Uno de esos días, la palabra que omito, de cuatro letras, que usó Soraya ayer sin ningún embarazo, aparecía en el tablero casi colocada. Cincuenta euros valía cada respuesta válida. Pensé en decirla pero no lo hice, e incluso expliqué después que, en horario infantil no me parecía apropiado decirla. Berta la vio y me animó a decirla. Dije que eso podía suponer invitar a café a todos los presentes y no lo hice "Es el café más caro de mi vida" dije. El plató entero, al acabar, aplaudió mi decisión y me fui contento.

¿Quiero decir con esto que yo sería mejor Vicepresidente que Soraya? Pues exactamente así lo creo, si la política se rigiera por la moral pública y no por el cálculo material.  Cuando yo tenía su edad, más o menos, opté por convertir la política en objeto de mis estudios y no en mi práctica profesional. Lo hice justo en el momento en que detecté que la política profesional se movía por razones que poco tienen que ver con los valores que inspiran a los propios partidos que "sirven" para la acción política de los ciudadanos, y que actuaban más pendientes de los intereses de la propia organización que de los colectivos sociales o los "ideales" que representaban. El cálculo político adolece de consideraciones éticas y eso no me convenció. La "política" era para gente más lista que yo...

Por eso, porque la política en España es puro cálculo, Soraya venía siendo una Vicepresidente del Gobierno con cierta fama de eficiente, pero que ha demostrado con este "desliz" que no le importa dañar, aunque sea mínimamente, a los millones de personas que escuchan sus palabras, dado el puesto que ocupa hoy. Yo, en cambio, me quedé sin los cincuenta euros, pero duermo incluso un poquito mejor desde ese día.

Si la política no es ética, la sociedad se convierte en una jungla. Esas son las grandes palabras que se vienen cruzando en España, entre la desidia de los responsables y la desesperanza de la población. Hace falta una regeneración a fondo de la POLITICA en España, y todos estos se estan descalificando para ese momento, que llegará por mucho que traten de evitarlo.

martes, 22 de abril de 2014

Pasión española; Turbas y agobio.

Cuando el Cordero rompió el séptimo sello, todos en el cielo guardaron silencio durante media hora.

Entonces vi que se le dio una trompeta a cada uno de los siete ángeles que estaban de pie delante de Dios. Después vino otro ángel con un tazón de oro, y en ese tazón pusieron mucho incienso, para que lo ofreciera ante el altar junto con las oraciones del pueblo de Dios. El humo del incienso subió de la mano del ángel, junto con las oraciones, hasta donde estaba Dios. Entonces el ángel tomó el tazón y lo llenó con los carbones encendidos que estaban sobre el altar. Luego, lanzó todo sobre la tierra, y por todos lados hubo un fuerte ruido de truenos, y relámpagos, y un temblor de tierra.


Después, los siete ángeles que tenían las siete trompetas se dispusieron a tocarlas.
 
(Apocalipsis, 8)


La primera vez que vi (viví) "las turbas" en Cuenca fue gracias a un compañero de estudios de sociología que me convenció de que era más que conveniente que la viera antes de poder hablar acerca del fenómeno religioso desde una perspectiva social más amplia, como la que pretendíamos adquirir. Fui por tanto y para mi suerte, aprendí algunas cosas que no sabía, entre otras algunos términos en inglés que aún hoy se me resisten, como "atonement", que utilizaba una profesora de Nueva York que tuve la suerte de que se ofreciera de "guía" en esa experiencia nueva para mí.  Han pasado treinta años y los recuerdos de esas horas mágicas van y vienen como sombras de un crepúsculo. No recuerdo apenas nombres y las caras se resuelven en sonrisas o en miradas que ahí quedaron, al igual que las sensaciones de una noche fría pero intensa que nunca olvidaré.

Ahora, ese fenómeno acaso pagano que se "representa" en Cuenca cada año haya tomado un cariz mucho más reivindicativo que expiatorio y no me parece probable que el sentimiento religioso haya aumentado (sería imposible por otra parte, porque pocas ciudades hay que lo tengan más arraigado que Cuenca) mientras que el componente "político" de unión colectiva contra las tutelas e imposiciones del poder esté mucho más vivo. La situación del país entero, sumido en una crisis moral mucho más profunda de lo que quieran reconocer los "lideres", pudiera producir explosiones sociales que también suelen darse en otras religiones próximas. Las escenas que he podido ver de las Turbas de este año, con un despliegue policial inaudito, me lleva a pensar que ese "riesgo" se valora de forma similar por dichos responsables.
 
En tiempos de miseria, guerra o peste (de ahí mi recuerdo al "Séptimo sello") cuando la realidad se hace insoportable, la gente suele buscar cobijo en "sagrado", que es sitio seguro donde los haya, tal como se encargan de transmitir de todas las formas posibles los voceros de esas construcciones "salvadoras" de la humanidad a las que llamamos religiones. Por eso este año en España las celebraciones publicas de la Semana Santa han podido ser de las más "brillantes" de la historia reciente: El retroceso hacia pensamientos míticos, mágicos y redentores es un proceso imparable. Parece que no quedan más salidas en esta tierra que el sacrificio, el sufrimiento y la expiación (atonement) de nuestros pecados... Hemos interiorizado que hemos vivido "por encima de nuestras posibilidades" y solamente nos queda pedir perdón por ello y confiar en que no nos caiga encima el rayo justiciero de los cabreados dioses.
 
A menos que las turbas lo remedien, el agobio se ha apoderado de nosotros y aquí no se salva nadie...

lunes, 14 de abril de 2014

Razón o Revolución.


Razón o Revolución

“Dios que buen vasallo si oviesse buen señor” se lamentaba el vate en El Mio Cid y ese lamento sigue vivo siglos después. Con buenos vasallos, las monarquías serían buenas e incluso cabría decir que que buena monarquía sería España si tuviera una buena nómina de monárquicos. Pero no los hay. Históricamente, al poder representado por el monarca se han adherido siempre personajes en busca de autor (de poder, dinero y gloria) y no “leales servidores” de la nación.

Lo mismo cabe decir de las Repúblicas, desde los tiempos de Grecia o Roma, cuando se inventara el concepto, pero con una diferencia esencial: El advenedizo o valido en la monarquía tenía suficiente con la aprobación del monarca para medrar, (algo sencillo a veces) mientras que en las repúblicas se exigía la aprobación y la sanción del cuerpo electoral, en la forma que se acostumbrara, según los casos. Y eso dificulta la tarea. De hecho, la necesidad de la aceptación de la autoridad superior (Rey, Jefe del Estado, Khan...) por parte de los subordinados (nobles, burgueses, plebeyos...) era y es una necesidad para la buena marcha de las cosas públicas, de modo que ha sido muy frecuente combinar monarquía (entendida como poder supremo y dizque necesario) con elección de ese monarca por los considerados pares, en un momento u otro: Primus inter pares se decía antes y la “soberanía reside en el Pueblo” se dice ahora; la idea es la misma: si no hay aceptación o hay abuso de poder, el derecho de rebelión se legitima y la revolución se desencadena.

En España también podría decirse que la república sería la mejor forma de organización del Estado si hubiera buenos (y suficientes) republicanos. Pero el hecho es que tanto las monarquías fallidas en España (un buen manojo) como las repúblicas (dos) anteriores, en España, han demostrado que no tenemos “buenos monárquicos” ni “buenos republicanos”... ¿Es que no hay “buenos españoles” entonces? Muy triste sería esa conclusión además de falsa. Otra cosa es que no nos hayan dejado demostrarlo, y cuando quiera que el pueblo español haya intentado hacerse cargo de su destino, fuerzas retrógradas hayan conseguido, manu militari, impedirlo. Esa ha sido la historia.

Pero no podemos estar eternamente quejándonos: España es una unidad política desde los tiempos de Recaredo y ni siquiera la influencia del Islam en algunas zonas del país cambió el hecho esencial de un “alma hispana” que venía de antes y sigue vigente. Más bien fue esa hispanización de los gobernantes musulmanes la que condujo a su pérdida de influencia incluso en las regiones (taifas...) o reinos (un Califato, nada menos) donde más tiempo estuvieran. El pueblo español sabe poco de leyes impuestas y se adapta a lo que hay... Por eso existe aún.

España se consolidó en el siglo XVI y siguientes como el Imperio más grande nunca conocido y mientras muchos quieren hacer que las monarquías españolas fueron las que lograron ese “hito” (Carlos V o Felipe II sin duda tenían una visión global que otros no tuvieron) lo cierto es que fue el “pueblo español” (sometidas las noblezas tanto en Castilla, como en León y Aragón) el que hizo posible con su sangre y su trabajo esa expansión, acaso posible y forzosa, precisamente por la persistencia de instituciones feudales en España que hicieron necesaria la “migración” hacia América y otras partes de una población que no podía subsistir bajo el yugo de los nobles y los monarcas.

No reinventamos la república clásica pero bien cerca se estuvo. Por eso, cuando a finales del XVIII Francia se rebela contra sus reyes y poco antes las 13 colonias americanas lo hacen contra el rey inglés, les falta tiempo a los criollos españoles para alzarse contra los Borbones en España (que a la sazón se han “entregado” a Napoleón, acaso por ser franceses ambos...) y empiezan las declaraciones de independencia (y repúblicanas) en Colombia, México, Argentina y tutti cuanti...
En España se hace la primera Constitución (que si no es republicana es, acaso, porque el “enemigo de la patria” era la República francesa) en 1812, que ya establece los principios de la soberanía popular y desde entonces hasta aquí todo ha sido una pugna entre un pueblo español buscando sus libertades y unas instituciones arcaicas tratando de evitarlo. Eso fue el Siglo XIX y tres cuartas partes del Siglo XX. En 1975 se restauró una monarquía, con 40 años de retraso franquista y por obra de ese mismo régimen que se había impuesto a la II República en una infame guerra civil en 1936-39. La legalidad democrática republicana nunca ha sido recuperada por completo y solamente las maniobras de los cálculos políticos aderezados de amenazas de sable hicieron posible una “transición a la democracia” plagada de incongruencias democráticas, a saber:

  • La “nueva monarquía” se personifica en el hijo del “legítimo” heredero, Juan de Borbón, por otra imposición de Franco.
  • El orden sucesorio restablece la Ley Sálica y hace preceder al hombre sobre la mujer, algo irracional en sí mismo.
  • El principal partido de la oposición antes de la transición (el PCE) acepta la bandera franquista a cambio de su “legalización” y del fin de la represión y la cárcel.
  • El PSOE, en las primeras elecciones hace profesión de fe republicana en su campaña y en la redacción de la Constitución, para luego retirar la enmienda.
  • Un golpe en 1981 coloca un gobierno de facto que toma decisiones anti-democráticas (OTAN) que nunca se revocarían después, iniciándose el desprecio a la soberanía popular que se ha venido dando desde entonces por parte de los partidos gobernantes en esta nueva “Restauración”.
El papel que haya jugado el Rey de España en este proceso es irrelevante desde esta perspectiva: La soberanía popular consagrada al fin en la Constitución de 1977 (refrendada por el pueblo, por más que se empeñen en llamarla “del 78” porque entonces la “sancionó” el Rey, otro símbolo de sumisión impropia) ha venido siendo burlada sistemáticamente por los poderes establecidos, tanto legales como fácticos. Y ese es el momento en que nos encontramos hoy.

Hoy, 14 de Abril de 2014, cuando se cumplen 83 años de la proclamación de la II República, el sentido de ciudadanía me hace reclamar una salida democrática y republicana para España, que recupere la legalidad, la legitimidad, y el orgullo de ser español que nunca debiera haberse perdido. Como quiera que esas pérdidas se dieron al empezar la monarquía española a ser dependiente de Francia a finales del siglo XVIII, y para evitar enfrentamientos estériles entre españoles a los que nos dividen opciones ideológicas y territoriales que habrán de encontrar acomodo en una República laica, unitaria e igualitaria, en la que el único imperio sea el de las leyes que nos otorguemos, mi bandera para esa III República Hispana es la que fue hasta entonces la bandera del imperio español. No hay ninguna con más gloria y con más capacidad para acoger a todos.

Porque creo llegado el tiempo de la razón: el pueblo español ha demostrado de sobra su capacidad de sufrimiento y de aceptar y elegir los males menores cuando quiera que se le ha dado opción. Y la razón política en el mundo de hoy, desde 1776 al menos, está en la república como forma de Estado capaz de resolver los conflictos ordenadamente. En todo el mundo no hay otro criterio válido que el democrático y si alguna nación persiste en ser una monarquía, no fue sino después de que el pueblo dejase establecido de forma clara donde radica la soberanía. Las leyes han de basarse en la razón, o la revolución se hace inexorable, y ya no se conciben opresiones ilegítimas ni criterios biológicos sin sentido.

Porque es de razón, que viva la República.

miércoles, 9 de abril de 2014

Piedras contra la Constitución.

Reformar la Constitución es la salida que le proponen Rajoy y Rubalcaba a los independentistas catalanes, sabiendo ambos que esa reforma sería imposible de hacer en el caso del PP que nunca podría votar una partición de España por razones obvias de acuerdo con su propia ideología y en el caso del PSOE, siendo palmaria la vacuidad que supone ofrecer "federalismo" a quienes han demostrado negro sobre blanco su pretensión de "estatidad" única. Es una oferta vacía, que además no haría otra cosa que retrasar el problema, agravándolo al aumentar las personas que pensarían que esa independencia era algo viable y conveniente, lo que sin duda no es. Soluciones falsas por tanto.

Reformar la Constitución, queriendo respetarla, sería un proceso muy laborioso cuando afecta a derechos fundamentales (exigiría una redacción por una cámara que tendría que disolverse, hacer unas elecciones y ser ratificada por la nueva
, algo que de ninguna manera sería posible en una nación, España, que para entonces estaría desangrada y rota socialmente, entre otras cosas porque hay una mayoría social REPUBLICANA (aunque no se exprese como tal, pero que está votando consistentemente a partidos que defienden en sus programas "máximos" esa forma de Estado) mayoría que intentaría, legítimamente, que puesto que se reformaba la Constitución este sería el punto central de esa reforma, lo cual llevaría a crear problemas adicionales al "supuesto" problema que se quiere resolver, que no es otro que el sentimiento de injusticia relativa que se comete contra Cataluña cuando otros territorios de España (País Vasco y Navarra) tienen condiciones fiscales mucho más favorables.
 
De eso es de lo que se habla aunque no se diga, y esa es la razón de una adscripción al "soberanismo" que no sería tan atractivo para millones de españoles en Cataluña cuyas raíces están siendo aplastadas por aquel Govern, si no se lo estuvieran vendiendo con estos argumentos, por otra parte insolidarios y falsos. El problema no es cuántos impuestos se pagan sino cuán decentes sean los que los administran.
 
Reformar la Constitución, cuando se la quiere destruir en su potencial democrático, sin embargo, es sumamente sencillo y la prueba es la infame reforma que propuso Zapatero y aprobaron con nocturnidad tanto Rajoy como el partido principal que apoya a Mas, CiU, e incluso el PNV; la reforma del 135 , que supone dejar postergados TODOS los derechos fundamentales para encumbrar el derecho a la usura, fue aprobado por todo ese bloque y se hizo como si fuera una simple enmienda "técnica" que no obliga a ese proceso complicado antes citado.

¿Se pretende acaso hacer algo parecido con el "derecho a decidir", que de repente fuera la cúspide de nuestro sistema y se aprobara mediante alguna argucia leguleya similar? Bien claro está que esa no es la intención de PP y PSOE, pues bien saben que la UNIDAD de España es principio esencial con el que no se juega en este país, por mil razones.

Entonces se ve claro lo que pasa: Para el 135, PNV y CiU votaron a favor porque sabían que eso era destructivo para España y destruir España (apropiarse de la parte que les toca, hecha con el esfuerzo, el trabajo Y los CAPITALES del resto del país) es su objetivo siempre presente. De ahí que el demostrar que la Constitución Española se podía convertir en papel mojado, intercambiable por cromos (impresos en cédulas, créditos o billetes puros y duros) tan fácilmente, era coherente con su estrategia, independientemente de que el contenido de la reforma fuese uno u otro. Cuando seamos independientes, pensarían, ya pondremos a los bancos que ahora nos imponen el 135 las condiciones que nos parezca. Por cierto, sería más que interesante saber qué entidades financieras estarían apoyando a esos independentistas, tanto vascos como catalanes...

Por esa razón hubo aquel "consenso". Para destruir nuestra Constitución se votó el 135. Y lo lograron.
La pregunta es qué es lo que pretendían el PSOE o el PP con esa operación que equivaldrá a corto plazo a su propio suicidio político. Entregar la hegemonía al poder financiero negando la superioridad de la esfera política (la Constitución, nada menos) en las decisiones de gobierno, es un error de tal calibre que provocará, antes que después, la apertura de un nuevo proceso constituyente en España porque esta Constitución ya no sirve para expresar las necesidades de la población sino de minorías sin legitimidad alguna. Por algo las opciones a la izquierda del PSOE no votaron el 135 pues su "instinto de clase" les decía que no era bueno. Curiosamente, ahora olvidan ese eje y apoyan la división de España por intereses burgueses, algo que ya explicarán algún día, porque discurso no les faltará.
 
 Deslegitimar el Estado es deslegitimar todas las instituciones que de el emanan y eso es lo que han venido haciendo Zapatero, Rajoy, Mas y Urkullu, cada uno con sus "motivos". Y un territorio puede tener un Estado o ninguno (es pensable, al menos) pero nunca dos Estados, porque eso se llama guerra.
De modo que, puesto que no cabe la reforma de la Constitución, hablemos de otra cosa. Por ejemplo, de otra Constitución.
En Mérida, a 9 y abril de 2014, cuando otra primavera ataca...

martes, 1 de abril de 2014

¿Quién ha ganado en Francia? El mes de Mayo te lo diré.


La importancia de Francia es enorme para Europa y conviene analizar con cierto detalle lo que ha pasado, más allá de cuestiones puntuales como pueden ser la alcaldía de París o la propia remodelación del Gobierno que ha realizado Hollande porque "ha oído el mensaje" de los que han votado... y de los que no lo han hecho.

En el eje izquierda-derecha, ciertamente la derrota del PS es importante (atendiendo a los votos emitidos) y la relación es de 60/40 de esos mismos votos en favor de la derecha. Pero si se atiende al eje sistema-antisistema (que en Francia tiene matices muy importantes pues el FN o el PCF y el Partido de la Izquierda coinciden en su rechazo tanto del bloque PS-UPM (ambos desnortados por un neoliberalismo extraño a AMBAS fuerzas que son en Francia mucho más "estatalistas" de lo que exigen los "manuales", lo que los deja sin discurso y afectados de corruptelas y desconfianzas cruzadas) como del rechazo al "europeísmo" que se ve como una amenaza a la cultura o a los intereses de los trabajadores y clases medias francesas.
 
 No todo el populismo es de derechas, como se cree ingenuamente: Muchos de los enemigos del "euro", pongamos, desde la izquierda, adolecen del mismo mal, confundiendo la expresión del dinero (sea la que sea) con el CAPITAL mismo; craso error. 

Si se suma la abstención, un 36% del censo total de votantes, (y en un país de la cultura política de Francia la gente no deja de votar por "ir al fútbol", por lo que cabe esta interpretación) a ese voto anti-sistema (aunque una parte, la del FN haya votado donde tenían candidatos y algunos de los de la izquierda hayan votado al PS (caso de París, tal vez) para evitar un avance aún mayor de la derecha, el hecho es que el "partido" ganador ha sido sin duda el del hartazgo de un sistema obsoleto.
 
 La gente ya no confía en los "políticos" del sistema y esa lección francesa puede ser premonitoria de lo que va a pasar aquí, donde puede ser mucho más intensa la debacle.
 
Será una rosa, será un clavel, el mes de mayo te lo diré...