jueves, 6 de febrero de 2014

Piedras al diccionario y polisemias populares varias...

Para aquellos de vosotros. incrédulos que os contáis por decenas entre los que me leen de vez en cuando, aquí tenéis la prueba de la inefable sapiencia del noble pueblo emeritense de la parte baja (cerca del río) y de como le ponen al tiempo buena cara...

Estoy pensando en mandar esta crónica verídica y calentita al "The Daily a la Zambomba" pero no me atrevo, hasta que no me den una credencial de prensa como Dios manda, que por lo menos me permita ir al Teatro con alguna facilidad para escribir mis crónicas, y no tenerme que apoyar en las piedras... Vamos allá:
Curtura populáh.

Esta es la pintada antológica que he visto en un muro (menos mal que es de los nuevos...) en Mérida que dice "igos de puta"... Me ha dejado pensativo el "slogan", reflexionando acerca de la suprema sabiduría y elegancia, así como el dominio de la lengua y de la cultura clásica que demuestra el ínclito pueblo emeritense, en la medida en que el autor de tal llamada quepa ser asignado a una ciudad, cuando en realidad genios así escapan de los límites de sus terruños para ascender, cuales Sancho Panzas cualesquiera, a las cimas de la universalidad literaria y hasta filosófica.

En tiempos tan atroces como los que corren, ese genio de la ciudad, en vez de despotricar contra el mundo entero y culpar a los dioses por habernos negado sus bendiciones, nos pide que nos vayamos de lupanar en lupanar, adorando a Baco, mismo, como si no fuera mucho mejor esforzanos en el trabajo para poder ofrecerle sacrificios a Ceres, un suponer, y que nos cambie esta mierda de suerte que nos aflige.

La única pega que cabe ponerle a tan insigne benefactor es que, por las prisas se conoce, no pusiera la última "s" y, si acaso, que pudiera ser medio francés (y no emeritense puro) ya que pronuncia la "r" un poquito aguardentosamente.
Por lo demás, la vida sigue igual.

Igos de putas, ¡ea! (¡Aunque no sea política ni ortográficamente correcto!)