lunes, 19 de noviembre de 2012

A pedradas con los malos augurios y no dejad para mañana...

Voy a añadir un texto con reflexiones de ese día y luego mantendré el enlace al concierto...

Oy comamos y bevamos; y cantemos y holguemos; que mañana ayunaremos...
 
La otra tarde estuvimos cantando en La Asamblea de Extremadura (que no es lo mismo que dando el cante) un concierto que “del Fin del Mundo” se intituló. Según cantábamos esta pieza de Juan del Enzina (1.468-1529) reflexionaba yo sobre algunas cuestiones que son de actualidad hoy, cuando tanto se habla de austeridad y tan poco de reciprocidad.

Juan del Enzina fue un hombre de su tiempo y su monumental obra no hubiera existido sino fuera por su sensibilidad hacia el mundo que le rodeaba. Coincide en el tiempo con los inicios de la Reforma (en otras zonas de Europa, claro...) en la que se defienden las virtudes de una vida austera y alejada de la ostentación y el despilfarro tan típico (según las malas lenguas, sin duda) de nuestras costumbres. Poco después se desencadenaría la Contrarreforma en la que tan importante papel jugara España.

Pero cuando el maestro escribe esto, la alegría de vivir y el no guardar para mañana otra cosa que los sacrificios (la procrastinación, podría decirse, con esa palabra tan precisa y que no nos es familiar, obviamente, porque solemos dejar para mañana mirar el diccionario) era la ley de la tierra. Comamos, bevamos tanto, hasta que nos rebentemos, que mañana ayunaremos... Hasta los latiguillos que puso de moda hace unos meses otro Juan en la televisión mantienen esa idea: Hoy, no; mañaaaaana.

De modo que yo pensaba mientras cantaba que el “espíritu español” estaba reflejado magistralmente en la pieza del maestro, como en las cuentas del Gran Capitán o en el desafío del Tenorio. Vino y mujeres hasta que se acabe el duro, decía un viejo amigo mío, que tenía una “biblioteca circulante” en Madrid, cuando los libros y los tebeos todavía circulaban.

No resulta raro entonces que la gente se resista ahora también, cuando nos demandan austeridad sin que veamos a veces tanta decencia como solían tener los reformistas, ya que los banqueros, del norte y del sur, se han vuelto no ya tacaños (que va de suyo) sino usureros y especuladores, contra toda enseñanza moral de cualquier credo.

Toma y daca” es la expresión común que se usa para denotar un trueque de cosas o servicios con mutuo beneficio o daño. “Toma y dame acá” parece ser el origen del dicho. Pero el maestro sabía muy bien lo que quería decir. Una de las últimas estrofas dice: “daca, daca, beveremos; que mañana ayunaremos.” Nada de reciprocidades, tu dame, que yo ya yo ya me apañaré. Lo del “Toma” lo dejaremos en la acepción de beber con la que se sigue usando en México... Magistral Juan del Enzina.

¡Valga este enlace!:

martes, 13 de noviembre de 2012

Piedras o flores

Dependiendo de cómo se porten, nuestros representantes en el Congreso y en el Senado deberían recibir lo que se merezcan, cuando sus partidos (si no son ellos voluntariamente los que busquen el reconocimiento) decidan volver a presentarlos.
Para poderlos seguir. inserto aquí un enlace a una herramienta que nos regala un excelente analista que persigue la democracia directa como ideal de participación. Y Vd. que lo vea!


Es extraordinaria la potencia que nos regalan las nuevas tecnologías... Gracias a Gutiérrez Rubí y a David Alvarez por este presente.

lunes, 5 de noviembre de 2012

Piedras a la Luna.

Que por Mayo era por Mayo, y esta maravilla de poema me lo encontré una mañana sin esperarlo... Parece mentira que puedan cambiar tanto las cosas en unas cuantas semanas de locura. La Luna debe ser la que nos tiene más revolucionados de la cuenta, y cada mes que pasa nos sorprende con cambios imprevistos que se meten entre nuestros pensamientos más recónditos y nos dejan cansados, como absortos, en una vida que fluye sin descanso.
El poema es de Borges, nada menos, y así fué como me lo envolvieron...

"Buenas noches y esperemos que el día de hoy, haya servido para que mañana algunas personas tengan un mejor amanecer...

Así está la luna hoy, pero mañana será otra...
La luna - Jorge Luis Borges
Cuenta la historia que en aquel pasado
Tiempo en que sucedieron tantas cosas
Reales, imaginarias y dudosas,
Un hombre concibió el desmesurado
Proyecto de cifrar el universo
En un libro y con ímpetu infinito
Erigió el alto y arduo manuscrito
Y limó y declamó el último verso.

Gracias iba a rendir a la fortuna
Cuando al alzar los ojos vio un bruñido
Disco en el aire y comprendió,aturdido,
Que se había olvidado de la luna.
La historia que he narrado aunque fingida,
Bien puede figurar el maleficio
De cuantos ejercemos el oficio
De cambiar en palabras nuestra vida.

Siempre se pierde lo esencial. Es una
Ley de toda palabra sobre el numen.
No la sabrá eludir este resumen
De mi largo comercio con la luna.
No sé dónde la vi por vez primera,
Si en el cielo anterior de la doctrina
Del griego o en la tarde que declina
Sobre el patio del pozo y de la higuera.

Según se sabe, esta mudable vida
Puede, entre tantas cosas, ser muy bella
Y hubo así alguna tarde en que con ella
Te miramos, oh luna compartida.
Más que las lunas de las noches puedo
Recordar las del verso: la hechizada
Dragon moon que da horror a la halada
Y la luna sangrienta de Quevedo.

De otra luna de sangre y de escarlata
Habló Juan en su libro de feroces
Prodigios y de júbilos atroces;
Otras más claras lunas hay de plata.
Pitágoras con sangre (narra una
Tradición) escribía en un espejo
Y los hombres leían el reflejo
En aquel otro espejo que es la luna.

De hierro hay una selva donde mora
El alto lobo cuya extraña suerte
Es derribar la luna y darle muerte
Cuando enrojezca el mar la última aurora.
(Esto el Norte profético lo sabe
Y tan bien que ese día los abiertos
Mares del mundo infestará la nave
Que se hace con las uñas de los muertos.)

Cuando, en Ginebra o Zürich, la fortuna
Quiso que yo también fuera poeta,
Me impuse. como todos, la secreta
Obligación de definir la luna.
Con una suerte de estudiosa pena
Agotaba modestas variaciones,
Bajo el vivo temor de que Lugones
Ya hubiera usado el ámbar o la arena,

De lejano marfil, de humo, de fría
Nieve fueron las lunas que alumbraron
Versos que ciertamente no lograron
El arduo honor de la tipografía.
Pensaba que el poeta es aquel hombre
Que, como el rojo Adán del Paraíso,
Impone a cada cosa su preciso
Y verdadero y no sabido nombre,

Ariosto me enseñó que en la dudosa
Luna moran los sueños, lo inasible,
El tiempo que se pierde, lo posible
O lo imposible, que es la misma cosa.
De la Diana triforme Apolodoro
Me dejo divisar la sombra mágica;
Hugo me dio una hoz que era de oro,
Y un irlandés, su negra luna trágica.

Y, mientras yo sondeaba aquella mina
De las lunas de la mitología,
Ahí estaba, a la vuelta de la esquina,
La luna celestial de cada día
Sé que entre todas las palabras, una
Hay para recordarla o figurarla.
El secreto, a mi ver, está en usarla
Con humildad. Es la palabra luna.

Ya no me atrevo a macular su pura
Aparición con una imagen vana;
La veo indescifrable y cotidiana
Y más allá de mi literatura.
Sé que la luna o la palabra luna
Es una letra que fue creada para
La compleja escritura de esa rara
Cosa que somos, numerosa y una.

Es uno de los símbolos que al hombre
Da el hado o el azar para que un día
De exaltación gloriosa o de agonía
Pueda escribir su verdadero nombre.


(Enviado por una amiga en mayo de 2012. Eran otros tiempos, y acaso otra era la amiga y otra bien distinta era la luna)

viernes, 2 de noviembre de 2012

Piedras muy antiguas... Pero evoluciones dudosas.


Una evolución dudosa... (Algunos siguen subidos en los árboles) 
Pronto dirán que esto es un homínido, por parecido formal...
 
No puedo por menos que denunciar aquí los estragos que se producen cuando la ideología viene a contaminar a la ciencia y hace que se convierta en pura propaganda una actividad divulgativa por otra parte tan positiva como la exposición “Orígenes” que se viene exponiendo en la Plaza Mayor de Cáceres.
En primer lugar quiero agradecer, como extremeño, el esfuerzo que han hecho la Obra Social de La Caixa y a la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento para regalarnos esta exposición, que es un excelente escaparate que ha podido ser visto por millares de cacereños que acaso no tengan tan fácil visitar un museo antropológico de cierto nivel. Vaya por delante este agradecimiento.
Pero una vez dicho esto, es impresentable que la exposición se abra con unas maquetas de unos simios que supuestamente han encontrado en... Cataluña, uno de ellos pomposamente llamado Pau y de nombre científico “pierolaphitecus catalaúnicos”, con trece millones de años de antigüedad (nada menos), junto con otro, Driopithecus laietanus, barcelonés puro, que no tienen NADA que ver con los homínidos pero que sirven, al parecer, para fundamentar una “diferenciación” que a todas luces sobra, como luego la propia exposición se encarga de aclarar. Es como si Gibraltar pretendiera demostrar su status político a partir de la existencia en el peñón de rhesus macacus o como se llamen...
Con razón decía Karl Marx que la anatomía del hombre estaba contenida en la anatomía del mono, para denunciar la apropiación que de la historia hacen los supuestos “vencedores” de la misma... No hay ninguna razón científica para contaminar la exposición con esas vanas referencias, que incluso demuestran la estulticia del “descubridor” de “Pau”, al hablar de “catalaunicus” cuando los Campos Catalaúnicos (primera referencia histórica a tal nombre) en los que Atila fuera derrotado están en... Chalons, en la Champagne, centenares de kilómetros al norte de Cataluña.
Ultimamente se están prodigando mucho estas manifestaciones de un nacionalismo manipulador y tramposo que no debieran aceptarse. Hace muy pocas semanas, dos periodistas fueron “acogidos” en el New York Times, que les publicó un artículo (Prisioneros de España) absolutamente infumable desde el punto de vista histórico, pero que defendía la “recuperación” de una independencia que sencillamente nunca ha existido. Incluso ahora se les enseña a los niños la época del mayor esplendor de Aragón en el Mediterráneo (Roger de Lauria, Jaime I, etc...) hablando de una “confederación catalano-aragonesa” que no existió ni existe más allá de la febril imaginación de alguno de estos intelectuales que, como dice la exposición que comento, refiriéndose al “laietanus”, “gracias a un aumento en la longitud de la mano y de los brazos desarrolló la capacidad de desplazarse colgado de las ramas de los árboles”. No he leido algo tan bobo en muchos años, pero no me cabe duda de que hay una intención subliminal en lo de las manos largas...
Creo que debe denunciarse esta manipulación sin sentido y que los expertos paleoantropólogos que tenemos o que trabajan en Extremadura salgan al paso de estas tontunas. No había, por otra parte (algo lógico acaso por lo reciente de los hallazgos, referencias a los yacimientos locales, donde se ha avanzado mucho en la protohistoria de los homínidos en Europa. Los extremeños tenemos mucho que decir... ( ya puestos a darse importancia).
Andrés Holgado Maestre, sociólogo, En Mérida (España) y noviembre de 2012. http://extremenian.blogspot.com