jueves, 30 de mayo de 2013

Piedras de Molino 1... Encrucijadas


Las encrucijadas difíciles

Hay en una ciudad tejana una acequia que conduce el agua a un molino hecho seguramente por paisanos nuestros hace unos trescientos años, para proveer de harina, de maíz y para hacer tortillas seguramente, a una de las cinco misiones que se construyeron en San Antonio, en Tejas, a principios del siglo XVIII.
El molino tiene esas rotundas piedras que han justificado el dicho de “hacer comulgar a alguien con ruedas de molino” como equivalente a querer engañar a alguien y que acepte como ciertos argumentos difíciles de digerir. En tiempos como estos, de ríos revueltos llenos de pescadores ventajistas, ese parece ser el deporte nacional. Y la historia que sigue, desde luego difícil de entender desde una perspectiva puramente racional como la que uno humildemente trata de mantener, es poco verosímil pero bien cierta y no tiene por objeto engañar a nadie ni beneficio alguno me reportará contarla. Pero es de esas cosas que le pasan a la gente cuando ha vivido unos cuantos años y no queda otro remedio que contarlo. Y en estos tiempos en que la realidad diaria es tan grosera, a lo mejor los recuerdos nos ayuden.
La Misión se llama San Francisco de la Espada, es la más pequeña y humilde de todas, en uno de los barrios pobres de la ciudad, y sigue abierta al culto católico, como otras tres de las cinco. La quinta está abierta a otro tipo de culto y se llama El Alamo. Pero esa es otra historia que habremos de tocar otro día, ya que mucho del presente de Tejas tiene que ver aún con aquellas gestas. Incluso esa campana rota de la espadaña dará para otro relato. Hoy toca contar historias distintas, de otra naturaleza...

Todo el recinto de la Misión de la Espada y sus dependencias forman parte de un parque federal protegido y en su límite oriental hay una vía de tren, que discurre por su arrecife, algo elevado sobre el nivel de una calle paralela que, en un punto dado, acaba y desemboca, cruzando la doble vía hacia la izquierda, en otra calle en ángulo recto con la primera y que está en ligera pendiente de subida desde las vías. El paso a nivel, sin barreras, parece uno de esos boldos que tanto gustan aquí y que tan mal se construyen, de modo que no es un paso fácil. Cabe decir que es una encrucijada difícil... 
 
Hace muchos años, según se cuenta en la ciudad (unos dicen que un coche con una familia y sus tres hijos pequeños, otros que un autobús escolar con diez niños y el conductor) un vehículo se quedo bloqueado en ese cruce y un tren arrolló a los ocupantes. En la ciudad se dice que si dejas tu coche parado, en punto muerto sobre las vías, mirando hacia la calle que sube ligeramente, el coche se desplaza sólo y suavemente hasta salir de las vías. Yo viví unos años en esa ciudad, hace ya dieciséis años, y me llevaron al sitio. Hice la prueba. Y funcionó.
Y casi cada día alguien va a la zona, bastante despoblada por cierto, y lo comprueba. Y se dice en la ciudad que algunos ponen talco en los coches y luego se ven huellas en la trasera de los mismos. Y la gente del barrio afirma que desde el accidente (que sitúan en los años cuarenta) aquellos niños ayudan a los coches que se detienen allí, empujándolos fuera del cruce. Y se dice en la ciudad que de esos “ángeles de la guarda” serían las huellas que aparecen.
Esta es una de las cosas, entre otras que ya contaré cuando se tercie, más difíciles de creer y que he tenido la fortuna de vivir. Y como ocurre con las otras, no me molesto mucho en convencer a nadie, primero porque yo mismo no estoy convencido de nada, y segundo, porque tengo suficiente con la satisfacción de haber experimentado algo de lo extraordinario que este mundo tiene y nos ofrece. 
 
Para los incrédulos, como yo mismo, que quieran comprobarlo, ya he dicho la ciudad y los parajes: las calles son Villamain (seguramente corrupción de Villamanín, pues la ciudad de San Antonio entera está llena de calles con nombres españoles, Merida – sin tilde, claro – o Guadalupe, entre ellas) que es como se llama la calle paralela a la vía, y Shane Street (algunos dicen que así se llamaba uno de los niños…), que es la que empieza en el cruce con las vías.
No son ruedas de molino, ciertamente, sino piedras de unos hitos que me merecen ser recordados. Una reproducción de la Misión Espada la tengo yo colocada donde le corresponde, en un agradecimiento indefinible que le mantengo por otras ayudas, mucho más serias, que recibí en aquellos tiempos. El coche me lo traje y está en Extremadura también. Dieciséis años hace que volví y todavía, sobre la algo desvaída pintura de la puerta trasera de la ranchera, aún creo ver la huella que unos deditos dejaron aquella tarde…
Continuará...

Andrés Holgado Maestre, en Mérida y Mayo de 2013

domingo, 12 de mayo de 2013

15-M: Camino empedrado; El socialismo es la solución.


El 15-M es el camino. El socialismo, la solución.

(Necesidad de definir conceptos, para una espontaneidad inevitable y un corolario necesario)

Dos años ya...


Pasando el testigo; el futuro es suyo.

     El llamado 15-M es la consecuencia de un vacío ético e ideológico que se ha generado en la política española casi desde el mismo momento de la transición, cuando cristalizaron las ansias de cambio de y de recuperación democrática después del oscurantismo medieval ideológico y político en el que nos sumió el franquismo que consiguiera vencer en la guerra civil y sobrevivir a la derrota de sus aliados en la Segunda Guerra Mundial, al desvanecerse el impulso antifascista por el miedo al “avance” de las fuerzas socialistas entonces representadas militarmente por el Ejercito Rojo soviético. A España le tocó el triste papel de mantenerse como sociedad sometida al poder militar de un “dictador amigo” antes que correr el riesgo de una libertad que pudiera conducir a la “pérdida” de otro país que hubiera podido caer en manos del ahora “enemigo” comunista... Futuribles son lo que hubiera ocurrido si España en 1945 hubiera vuelto a la democracia, pero no fue así y en nuestra peculiar “transición” se forjó el estado de cosas que hoy sufrimos; el déficit democrático que arrastramos y del que el 15-M es una manifestación.
     Esa cristalización de la voluntad popular indudable de cambio que la sociedad española tenía entonces (tras la modernización social inducida por el turismo o la emigración forzosa a Europa), fue una cristalización en el sentido más propio de la química: a partir de un estado fluido y maleable como lo es siempre cualquier sociedad humana, la materia social cambia a un estado sólido aunque quebradizo, como el cristal, (a menos que hablemos de diamantes, pero eso requiere una pureza de la materia originaria que estamos lejos de tener como colectivo) y que fue el fenómeno que entonces muchos definimos como “el desencanto”. La rutinización de un cambio que no respondió a las expectativas de la población ilusionada. En el espectro de “la izquierda” la renuncia al marxismo por parte del PSOE (con todo lo que tuvo de deshonestidad intelectual y de quiebra de una tradición de análisis de la realidad y de pensamiento político fue el toque de clarín que llamó a un anquilosamiento y un deterioro moral de la “política” en la que se instaló nuestro país desde 1982.

     Esto es así, por más que los cambios que se produjeron en España hayan sido innegables, pero más fruto de la inercia modernizadora de la influencia europea (incluso con fondos que se nos “debían” desde el Plan Marshal) y el retraso provocado por el franquismo, si se quiere, que fruto de la voluntad política de los gobiernos que se han sucedido y turnado desde entonces: El PSOE manteniendo una pose progresista (negada de raíz por comportamientos infames que no es preciso detallar aquí) y el PP afirmando unas “políticas liberalizadoras” que han escondido su sentido patrimonial de un Estado que no se reformó, propiciando una vuelta a los “buenos viejos tiempos” de las democracias “orgánicas” y las mayorías silenciosas.
     Estos dos partidos (con el pagado “apoyo” de las derechas perifericas, CiU y PNV) son los que han dejado la tierra yerma para la participación democrática activa de la población y no ha dejado espacio para una nueva generación social que intenta marcar su impronta en la política, como cualquier generación pretende: la gente quiere ser tenida en cuenta, en grados diversos según sea su nivel de preparación y de desarrollo social. Y ESTA sociedad NO se siente representada por ESTOS partidos. Cuando Monago repite y otros abundan en la idea de que “los temas fundamentales de nuestro tiempo no son de derechas ni de izquierdas” no solamente está haciendo una afirmación cargada de ideología desmovilizadora, sino también refleja una intuición certera: Esos problemas no son de ESTA derecha ni de ESTA izquierda.
     El 15-M y el camino de búsqueda de alternativas iniciada (o fortalecida en su masa crítica, cabría decir) por ese movimiento tiene esta razón de ser: el fracaso de los partidos de la transición para dar soluciones a los problemas de la sociedad española.
     Que el socialismo sea la solución, tal como afirmo en el título, requiere alguna aclaración previa aún: Toda referencia al socialismo aquí hecha se refiere a una teoría política basada en una cierta supremacía de lo colectivo sobre lo individual y de ninguna forma a los partidos que se autoproclamen “socialistas” (sea este el PSOE o el PSI (?) o el PSD) que pudieran ser tan representativos del socialismo como el PP o el Partido Liberal británico lo pudieran ser de conceptos como “pueblo” o “libertad”. El socialismo es mucho más complejo que cualquier plasmación política concreta, incluso aunque adopte la forma de Estado. Es necesario definir conceptos para entenderse, y no dejarse engañar por etiquetas.
     El socialismo es la única salida para el mundo entero (y por tanto, para España) si se pretende un mundo sostenible, que de ninguna manera puede soportar la ineficiencia absoluta y la anarquía absoluta (en la que los poderosos medran) que YA se ha declarado en forma manifiesta con la CRISIS actual, iniciada en 2007 pero gestada mucho antes.
    El capitalismo especulativo propio de la “sociedad occidental” se desploma ante su incapacidad para controlar ya los flujos monetarios o de las mercancías que han escapado hacia otras zonas del mundo, junto con el trabajo, y que solamente mediante la guerra podría intentar mantener “bajo control” (algo que ya ha empezado a hacer en el Mediterráneo, desgraciadamente). La crisis es de Occidente y de su sistema obsoleto de acumulación de capital “falso” al no tener como base de su crecimiento el trabajo y la economía real, sino la especulativa; un sistema que se convierte en materia incontrolable en manos de un sistema financiero que pretende imponer sus criterios criminalmente individualistas a los poderes públicos y a la población, sin ningún otro fin que su beneficio. Lo ocurrido con la infamante reforma de la Constitución Española del artículo 135 es la plasmación de ese proceso de sometimiento de la política al mostrenco poder financiero.
     El que eso sea una pretensión absurda hasta el escándalo no los ha frenado: NADA puede estar por encima del interés público y general, por definición, porque las sociedades no funcionan por “ukases” nada más que en tanto se quitan de encima a quienes los quieran someter. Si los responsables de modular el interés general, que no son otros que los ciudadanos electos para ello (que no “políticos” como les gusta llamarse) renuncian y ceden esa representación ante los bancos, pierden toda legitimidad política y el cambio de sistema se impone. 
    En esas estamos, les guste o no a los electos de hoy. La hegemonía de la política (de la sociedad) sobre la economía es la condición necesaria (aunque no sea suficiente) para la libertad de la gente y es a eso a lo que se puede llamar y yo lo hago, socialismo. Y eso es lo que, creo, defiende el 15-M.
Feliz aniversario y sigamos definiendo conceptos. No queda otra.

Andrés Holgado Maestre
Mérida, 12 de Mayo de 2013



martes, 7 de mayo de 2013

Tirad la primera piedra. Corrupción en España



Corrupción en España: ¿Causa o consecuencia?


Hace pocos días, el 4 de Mayo, El New York Times, que presume, con razones fundadas, de ser el periódico en el que se publica todo lo que merece ser publicado, incluía un excelente artículo de una de sus redactoras, Suzanne Daley, con un título llamativo: Los millones de una Alcaldesa de un pueblo como “Prueba A” de la corrupción en España” (1). En el hace una exposición muy ponderada sobre los casos que se han venido dando, como el de La Muela, que sirve de hilo conductor, que no encuentran un recorrido fácil para resolverse judicialmente, y que están haciendo que la población pierda progresivamente su confianza en el sistema político español. Llega a afirmar que, más allá del amargo resentimiento que todos estos casos (más de 1000 actualmente en los juzgados) están provocando en unos ciudadanos que sufrimos los recortes de las así llamadas “políticas de consolidación fiscal”, recortes o reducciones de uno otro tipo en los gastos o aumentos absolutamente desproporcionados de tarifas, aún “veremos más, como consecuencia de una estructura política en España que pone un gran poder en manos de los políticos locales. Muchos de ellos pueden otorgar contratos o reclasificar terrenos con poca o ninguna consulta pública”.
Aparte de los detalles que se dan en el artículo y de denunciar cómo los casos son tantos que los periódicos ya se limitan a hacer un listado en vez de analizarlos en profundidad, esa afirmación entrecomillada y otras similares (“La corrupción NO es la causa de la crisis de la euro zona” algo que comparto por completo pero “dificultará que estos países -Italia, Grecia, España...- puedan refundarse como 'sociedades modernas' con economías competitivas y eficientes” que también comparto, pero con matices que quisiera aportar:
Ciertamente, creo que la corrupción NO es la causa de nuestro mal sistema de gobierno (afirmación que espero aclarar suficientemente luego (2)) pero tampoco es algo anecdótico como quieren aparentar algunos comentaristas de la política que no se distinguen por hacer análisis muy profundos, al hilo de la actualidad. Tampoco convendría simplificar la cuestión como acaso Daley pueda hacer sin pretenderlo, al ceñir a la “administración local” ese potencial de corrupción. El problema, acaso no sean las autoridades sino los ciudadanos mismos. Me explicaré:
Llevamos en España casi 40 años ya de democracia representativa y formal (de aquella manera) que hay que contraponer a 400 años de absolutismo incardinado en nuestra propia esencia como pueblo. La corrupción, desde mi punto de vista, NO es la causa sino la consecuencia de este hecho: la falta de actitudes democráticas en la población y por tanto en sus representantes, siendo el propio sistema judicial un espectador casi pasivo en esa situación. La herencia del absolutismo es la falta radical de confianza en un poder que siempre ha tendido a la arbitrariedad y al castigo de cualquier manifestación crítica por parte de los siempre siervos aunque devenidos ciudadanos por gracia de la Constitución de 1977.
Pero ciudadanos que viven y se comportan con miedo a la libertad; en un entorno de falta de transparencia y de motivación para fiscalizar a sus representantes, incluso aunque las leyes les permitan hoy esa participación y esa fiscalización. Es la falta de la vivencia de la democracia y de la asunción general de que TODO lo PUBLICO es de TODOS y por lo tanto, MIO, la que hace que se considere lo público como algo de “los que mandan” y se renuncie ya de entrada a ejercer el papel de CIUDADANO. Esta actitud de acercarse al “alcalde” con la gorra en la mano y la cabeza agachada es la que hace que puedan, en España, convertirse en “clase política” unos personajes que de Política saben tanto como los españoles de democracia... Es decir, muy poca cosa. Pero tardan minutos, tras ser electos, para autodenominarse “políticos” con un empeño digno de mejor causa.
Igual que “el ojo del amo engorda al caballo”, la vigilancia democrática de los ciudadanos haría imposible, si se diera, el latrocinio impune al que nos tienen acostumbrados.
Habrá quien piense que exagero, pero bien quisiera yo equivocarme. Mientras pensemos que “eligiendo a otros” será suficiente, no alcanzaremos el status de ciudadanos plenos que nunca hemos logrado adquirir.
Andrés Holgado Maestre. En Mérida (España) y Mayo, 2013.


1 Suzanne Daley, “Small Town Mayor's Millions as Exhibit A on Graft in Spain, New York Times, Mayo, 4, 2013 http://www.nytimes.com/2013/05/05/world/europe/in-lean-years-after-boom-spains-graft-laid-bare.html
2 Un sistema que modifica su Constitución de la noche a la mañana, con opacas o falsas “explicaciones” a los propios Diputados no puede ser considerado “bueno”. Un sistema político que recibe la repulsa, un mes tras otro, en las encuestas del CIS no puede considerarse bueno; Un sistema, en fin, que tiene en el desempleo a uno de cada tres personas que pueden y quieren trabajar, no es bueno.

lunes, 6 de mayo de 2013

Piedras de toque: Recuperar la competitividad (?)


Desde mi azotea...

Hace unos treinta años, cuando una cierta ilusión recorría España debido a la recuperación de las libertades democráticas, algunas personas intentaron en un pequeño pueblo cercano a Cáceres la constitución de una cooperativa dedicada a la confección de ropa. Seguro que podríamos hablar de muchos pequeños pueblos y muchas pequeñas industrias similares en aquellos años.
 La cooperativa funcionó durante un tiempo (no tengo detalles puesto que aunque yo hubiera nacido en ese pueblo las “movilidades” forzosas esas que tanto le gustan a la ministro de la cosa, Sra. Báñez, me habían obligado a emigrar de estas tierras) hasta que un día, desgraciadamente, se vió obligada a cerrar
Supongo que la causa última de ese cierre, aunque hubiera circunstancias personales que pudieran aducirse, debió ser la “falta de competitividad” en la que esa fábrica (y miles de fábricas en toda España y en todos los sectores) entraron en estos últimos años en los que los salarios españoles, aunque inferiores en gran medida a los europeos, se elevaron mucho como consecuencia de la “modernización” del país y la aparición de burbujas de negocios inmobiliarios y de otros tipos en otras zonas del mismo. El caso es que esa fabrica cerró y con ella las esperanzas de un posible crecimiento en un pequeño pueblo extremeño...
Esa misma pérdida de “competitividad” la citaba hace unos días un mandamás de Europa, Olli Rehn, que manda tanto como Guindos en España, que aducía que “Italia ha perdido competitividad en algunas de sus especialidades con respecto a... China”(*). Es bueno tener chinos a mano (a falta de otros chivos expiatorios) para echarles la culpa de lo que nos pasa, sobre todo si no sabemos bien lo que nos pasa.
Cuando he leido las terribles noticias de la fábrica textil en Dacca donde han muerto más de trescientas setenta personas, hasta el momento, por no permitirles evacuar el edificio, no he podido evitar el recuerdo de esa pequeña nave de un pequeño pueblo... Y me pregunto: ¿Cuántos edificios tendrán que derrumbarse en Bangla Desh (“ganaban” 30 euros al mes, por veinte horas al día) para que se “recupere la competitividad” que quieren los mandamases mentados?
No necesito que me contesten.

Andrés Holgado Maestre. En Mérida (España) y Abril, 2013.
(*) Estas cosas dijo al presentar un informe de la Comisión Europea sobre los trece países “malos” en la zona euro...
(Publicado el 7 de Mayo de 2013 en "El Periódico de Extremadura":
http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/caceres/competitividad_731014.html