sábado, 9 de julio de 2011

Piedras trágicas, piedras mágicas...

Reflexión sobre la violencia...
Anoche ví "Antígona en Mérida". La tragedia reside en estas piedras mágicas y bastan las terribles palabras para que renazca.
Incluso sin palabras reaparece el horror. El inicio de la obra, con la Banda Municipal tocando "Suspiros de España" mientras los figurantes simulan ser las tropas rebeldes ocupando la ciudad es antológico. El horror.
El horror que no se debiera repetir nunca pero que se repite en cien países ahora mismo. Es un recordatorio de la tragedia, que pudiera parecer inoportuna o panfletaria, cuando acaba de formarse un gobierno en Extremadura que postula la unidad para salir de los problemas, cuando parece que lo que menos se necesita es la crispación.
Ojalá fuera panfletaria la obra... ojalá no reflejara, como lo hace, esa especie de fisura invisible entre dos concepciones antagónicas del mundo, que se reflejan una y otra vez en el arte. Ojalá el arte fuera capaz de sublimar y hacer desaparecer tanta violencia latente y real como subsiste.
"Suspiros de España"... y los "moros" salvándola "para la fe"... Enhorabuena a D. Miguel Murillo, autor, y a todo el equipo del Festival de Mérida. A mí, y creo que a mucha gente, nos hicieron llorar...

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