Romper.
Algo que siempre desgarra el alma.
http://www.youtube.com/watch?v=-A0WXM4j5Yo
Cuando
una pareja rompe, las cosas que se compartieron se quiebran en
briznas de dolor que se esparcen alrededor de ellos...
El
hombre sabía o creía saber que no había futuro en aquella
relación. Sus pasadas experiencias le decían que su dolor sería
mucho mayor si esperaba a que fuera ella la que decidiera fracturar
por completo lo que ya sólo existía como rutina.
El
deseo, ese impostor, ya no estaba presente, si alguna vez lo estuvo y
fue soporte de las relaciones siempre desiguales, siempre
insatisfactorias para alguno, siempre incompletas, siempre
intentadas, siempre imposibles. El deseo siempre es imposible o
dejaría de ser deseo.
Y
fue imposible porque dejó de ser. El hombre decidió seguir sólo su
camino, una vez más, aunque otras veces fueran ellas las que lo
dejaron al borde de sus propios caminos, como quien deja un bulto
para ir más ligero.
Esta
vez fue él quien decidió irse. La mujer, en nombre de
tantos buenos momentos y tanta buena voluntad como habían puesto
ambos, le pidió... una sonrisa como despedida. Y que siguieran
siendo buenos amigos le pidió también. Aquí se ve de nuevo, pensó
el hombre, lo equivocado que están los que piensan que “todas las
mujeres (o los hombres) son iguales”... Aquella mujer era mejor y
única, hasta en esos momentos tan duros.
Por
eso, quizá porque se dio cuenta en ese momento de su tremendo error,
mientras la mujer sonreía, con tristeza pero con esperanza, el
hombre lloró. Y lloró porque supo que era él quien perdía al
tomar de nuevo el camino de la soledad. El frío camino de la
soledad.
Una
vez más ganaba la mujer y acaso por eso sonreía, mientras el
hombre, rompiendo moldes, lloraba.
Todos
saben que los hombres nunca lloran, pero algunos se empeñan cuando
la vida duele.
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Este relato corto de hoy tiene una foto que no es real. Yo nunca lloro... lo que pasa es que a veces la luz me molesta mucho y como que se meten briznas en los ojos... Pondremos, por si acaso una canción de un malogrado y casi olvidado cantante de mi juventud, y así nos distraemos.
Andrés Holgado Maestre.
Andrés Holgado Maestre.