Va a hacer pronto cinco años ya que preparé una charla con este mismo tema del Estado (de bienestar) como el objetivo final de unos sujetos que ideológicamente se definen como “neoliberales” y que han conseguido con sus falacias atraer a una buena parte de “la izquierda” europea (golpeada hasta la extenuación por asuntos como el “socialismo real” o las prácticas desapariciones de los partidos socialistas (o social demócratas) en Italia (sobre todo Craxi...) y otros países. La debilitación e incluso la disolución de los Estados, vistos como ineficientes organismos de protección de los débiles (convertidos en “vagos” por los profetas de la nueva religión) se ha convertido en el objetivo de dichos “neoliberales”. La crisis que ellos mismos han provocado al deslocalizar la producción en zonas sin resistencia sindical efectiva (lo que permite elevar la tasa de apropiación de plusvalía) no ha hecho otra cosa que facilitar ese proceso de acoso y derribo de esos Estados. El poder político se ha plegado a los intereses financieros prácticamente en todo el “mundo occidental”, pero especialmente en Europa.
En
el caso español incluso, el Estado franquista que heredaron los
partidos de la transición (UCD-PSOE-PP-CiU-PNV) y que fue (digan lo
que digan los “progresistas”) el que estableció el sistema de
pensiones o de seguridad social que España tiene, arrastraba ese
“vicio antidemocrático” original, por lo que era natural que
“reformar ese Estado” fuera aplaudido por los citados
“progresistas”, por mucho que ello fuera contra sus propias
concepciones ideológicas que hablan de la necesidad de un Estado
fuerte, capaz de redistribuir la riqueza de manera adecuada y justa,
teniendo como modelo el socialdemócrata de la Europa del norte.
Naturalmente,en Alemania el Estado federal se construye ex-novo desde
principios socialdemócratas y democristianos, sin briznas de
totalitarismo como aquí estuvieron y siguen estando presentes. La "vocación" monetarista y nacionalista se percibe claramente en el logotipo de UKIP, del que más abajo hablaré.
Por
todo ello, los “neoliberales” españoles (de nuevo cuño, pues
eran y son generalmente franquistas reciclados) se encontraron con la
inestimable colaboración, en la tarea de desmantelar (y de
apropiarse de) el Estado, de los “socio-liberales” que encabezó
el Miguel Boyer del 82, y juntar un “equipo” (Pujol, Mas, Rato,
Solchaga, Guindos, o Jáureguí, si hablamos de España) o con
Cameron, Draghi y otros cuantos en Europa, que sirven al capitalismo
especulativo que pugna por repartirse la tarta de los Estados
europeos, tanto más proclives a la caída en sus redes cuanto más
débiles sean sus dirigentes y menor la educación política de sus
poblaciones.
De
hecho, ese grupo (Almunia o Duraô o Juncker pertenecen a la misma
“escuela”), se ha infiltrado en las instituciones europeas y en
todos los gobiernos “débiles” y/o venales como es el caso de los
PIGS y de los países que formaron parte del extinto Pacto de
Varsovia. El Estado de Bienestar no tiene quien le escriba, por si se
entiende: Ya no es un “mal necesario” ante el empuje del
“Socialismo real” (por lo visto, declarado muerto y enterrado)
sino que es “Un mal” simplemente, y se le puede destruir sin
miedo a reacciones desde una izquierda desarmada ideológica y hasta
políticamente.
Toda
Europa pues, con sus jugosos ingresos fiscales y sus grandes
estructuras sociales (educación, sanidad... todo lo que define o
definía el estado de Bienestar) se convierte en pasto para esos
grupos financieros que controlan los flujos monetarios y los precios
de los recursos básicos. 500 millones de paganos, sin Estado que los
proteja o lo que es peor, con Estados que contribuyen a mantener a
esas poblaciones inermes ante los abusos de los plutócratas de fuera
y de dentro. Esa es la “Conspiración de los listos”, que no son
capaces de desvelar, perdidos entre sus tácticas y sus negocios, los
representantes delegados por la población general, a la que se
mantiene persiguiendo quimeras como “las troikas” o “las
castas”, sin ser capaces de definir perfectamente el virus
anti-social que tenemos inoculado.
Curiosamente,
la reacción más importante contra esa dominación impuesta por el
capitalismo sin otra patria que sus intereses, proviene de los países
con mayor formación política, en la forma de nacionalismos que
tratan de preservar sus propios valores sociales que ven amenazados
por fuerzas externas. Me refiero al Reino Unido y Francia (pero no
sólo) donde UKIP o el FN suponen una reacción que hasta podría ser
positiva desde la perspectiva del mantenimiento de Estados, como el
francés, que son paradigmas de bienestar social y que se encuentra
también bajo amenazas serias de los neo y los socioliberales. Ni que
decir tiene que el hecho de que estos partidos tengan un componente
“nacionalista” encorajina a los supuestamente
“internacionalistas” encuadrados en esa “izquierda general”
que se encuentra sin norte y sin saber que camino tomar.
Como
si no estuviera más que probado (o acaso sea por eso) que los
“socialistas” han antepuesto históricamente sus respectivos
“nacionalismos” (y hasta tribalismos cabría decir en algunos
países) a los intereses de una clase obrera e internacionalista en
la que ya no cree casi nadie. UKIP y FN suponen entre otras cosas una
reacción a una “globalización” que sienten como amenaza a sus
culturas, y esa amenaza sin duda existe.
Hay
que defender al Estado y a la cultura propia, porque el Estado
protege a los débiles (de ahí la radical maldad del neoliberalismo
belicista e insolidario, incluso generacionalmente) y la cultura
protege también frente al pensamiento único que se trata de
implantar.
Los
Listos Conjurados no prevalecerán, si los ciudadanos somos más
inteligentes y no nos dejamos cegar. Ellos son muy pocos y nosotros
tenemos que recuperar el Estado, los Estados, porque en ello va
nuestro bienestar y el de nuestros mayores, y sobre todo el de los
niños que hoy están llegando a un mundo que tiene que ser solidario
o desaparecerá.
Andrés Holgado Maestre, en Mérida y Octubre de 2014.
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